Un día la derecha decidió que el verde militar era una cosa anacrónica que no iba con estos tiempos post-modernos y se pintó de amarillo patito y se dedicó a regentear clubes de fútbol y reparar baches.
También decidió que los campos de concentración eran cosa del pasado: ahuyentaban inversores; era mucho más fácil dejar que los pobres sucumbieran al paco que poner guita para comprar picanas.
Se modernizaron, se hicieron "cooles".
La izquierda no puede ir a la zaga. Es por eso que necesitamos urgentemente una "izquierda cool".
Estas son nuestras consignas:
- Por una izquierda exenta de sujetos de porte triste y sacos raidos que gustan de leer libros de Lenin inéditos hace 50 años en bares alejados de toda posibilidad de erotismo (!)
- Por una izquierda que deje de lado los aburridos carteles de letra Arial 8 típicos del PO y comprenda que la publicidad es parte de las fuerzas productivas. Que el golpe de efecto y los colores chillones deben ser parte de la revolución. O, si la revolución no da, por lo menos son más entretenidos.
- Por una izquierda que sepa diferenciar una frase dicha en joda de otra dicha en serio, y que no piense que el sentido del humor es un arma de la burguesía para dominar a las masas.
- Por una izquierda que abandone las películas en blanco y negro sobre revoluciones en sitios remotos y prefiera ver "una de tiros el domingo por telefé".
- Por una izquierda que no sea ajena a los partidos en fútbol y a la pornografía.
- Por una izquierda que descrea de los partidos tradicionales y tome como vanguardia a Revista Barcelona.
REFUNDÉMONOS (o refundámonos). Seamos cooles (cúles), basta de debates aburridos, preferimos el metal a Mercedes Sosa y leer Barcelona al libro de Marx.
ZURDOS COOL, el futuro es nuestro.
(GRACIAS ERNEST POR EL APORTE!!!!!)
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